miércoles, 21 de octubre de 2009

El Milán destapa las carencias del Madrid a cámara lenta

pro_photo1256157218 El fútbol arrítmico de un Milán que no se corresponde con su historia, plagado de treintañeros y de jugadores con más nombre que fútbol  fue suficiente para vencer en el Bernabéu, desnudar las vergüenzas del Madrid, sembrar de dudas el proyecto de los 300 millones de euros y poner en entredicho el trabajo de Pellegrini.

Y es que son ya tres meses. Tres meses para un equipo sin caracterizar, impersonal y carente de un libro de estilo definido. Tres meses para un equipo que se ha visto privado de la pelota por equipos como el Xerez, el Tenerife o el Deportivo de la Coruña. El conjunto se mueve entre tibio y helado. Incompetente en el centro del campo. Sin potestad para tomar los partidos por la pechera, controlarlos y elaborar algo parecido a un fútbol continuado y sin respuestas desde el banquillo. Tres meses y no se advierte mejoría. El rumbo, si es que alguna vez hubo alguno, está perdido.

Lo de ayer, quizás por inesperado es más flagrante. La caricatura futbolística y personal de Ronaldinho es una personificación del equipo en el que juega. Que no lleve a errores la elástica y el pasado rojinegro. El Milán es un equipo de viejos, no de veteranos. Parece que el tiempo se ha detenido en Milán. Llevan sin regenerarse varios años y a día de hoy, Pato es una isla de frescura y efervescencia en un mar de jugadores con poco presente y menos futuro. No presionan, no muerden. No hacen ni faltas.

A priori, el ecosistema perfecto para que el Madrid desarrollara algo de juego. Pero ni por esas. Xavi Alonso, que parece incuestionable, no jerarquizó el juego. Ni ayer, ni en varios partidos de la temporada. Kaká sigue desubicado e impreciso y Granero no termina de confirmar las buenas sensaciones de la pretemporada.

El partido transcurrió con la intensidad de un solteros contra casados. Ritmo perfecto para el Milán que el Madrid no supo, no quiso o pudo romper. Tres motivos emparentados por la fatalidad. El equipo de Pellegrini se contagió de la apatía de su rival. Aún así, Raúl, quien sino, embaló al Madrid hacía la que se presumía otra victoria sin fútbol. El siete blanco, con inestimable ayuda de Dida adelantó al Madrid con un gol de listo. Uno de esos en los que sólo cree él. Un manso disparo de Granero desde el balcón de área fue trasformado por el meta brasileño en un balón muerto que Raúl, por enésima vez rentabilizó al máximo. Cristiano tiene la calidad, la potencia y la belleza. Raúl tiene gol y fe.

En la segunda mitad el guion continuó inalterado. Un despropósito futbolístico por parte de los dos equipos aderezado con una nula intensidad. El paso de los minutos comenzó a cargar de vida al Milán, que se encontró con dos goles de la nada en cuatro minutos. Casillas falló en ambos. En el primero, en el minuto 66 Pirlo libre de marca sorprendió desde 30 metros con un tiro ajustado a la base del poste que Casillas no midió bien. El gol resucitó al equipo italiano y le dio motivos para creer. Cuatro minutos después, Pato aprovechó una defectuosa salida del portero blanco para adelantar al Milán tras un preciso pase de Ambrosini a la espalda de la defensa.

El signo del marcador cambió, pero el Madrid no tuvo argumentos para enderezarlo. Volvió a lo del año pasado, la casta y la épica. Sin fútbol, que es como funciona este equipo. Raúl, en un córner que nadie quería sacar asistió a Drenthe, libre en la frontal del área. El holandés conectó un tiro raso, pegado al poste que Dida, lento de reacción no pudo repeler. El partido se rompió, y los quince minutos que restaban se convirtieron en un desgobierno en el que el Milán olió sangre y se fue a por él. Ronaldinho evocó a su pasado, Seedorf demostró el peso que tiene y Pato fue el encargado de matar. En poco tiempo, el Milán tuvo tres claras, de las que salieron un paradón de Casillas, un gol mal anulado y finalmente el gol de Pato. Una preciosa volea que terminó en la red tras un impecable centro de Seedorf que Pato, sólo, fusiló a Casillas. Primera derrota del Madrid en el Bernabéu.

El tiempo parece no emplearse en el Real Madrid. Simplemente pasa. El equipo no tiene alineación tipo, muchos jugadores no tienen definido su rol, otros se encuentran perdidos en el campo y la mano de Pellegrini no se nota en nada. El sello del chileno no está impreso en este Madrid, que carece de denominación de origen. El Madrid tiene que encontrar una personalidad y un estilo. Con o sin Pellegrini. Con él no tiene ni lo uno, ni lo otro.

lunes, 19 de octubre de 2009

Un fin de semana… sin Andrés Montes

andres-montes Dejamos atrás uno de los fines de semana más tristes de los últimos tiempos. Andrés Montes, uno de los grandes de esto, se ha ido. Para siempre. Nunca olvidaremos su peculiar manera de hacernos vibrar, de narrar eventos y de disfrutar el deporte. Y por ello escribo hoy, porque el mundo del deporte, al igual que la vida, sigue sin Andrés.

Un fin de semana que nos ha dejado varias cosas: Jenson Button ya es matemáticamente campeón del mundo de Fórmula 1, Gilbert se impuso a Samuel Sánchez en el Giro de Lombardia, el ‘’imbatible’’ Barça de Xavi Pascual mordió el polvo en Gran Canaria (67-65), Nadal perdió la final de Shangai contra Davydenko (7-6; 6-3) y Lorenzo tiró por tierra sus posibilidades en la primera vuelta.

Un fin de semana jugoso en lo que al fútbol respecta. El viernes, la victoria de Ghana sobre Brasil en la final del mundial sub-20 abría el telón. Tras el empate sin goles durante 120 minutos, los africanos doblegaron a la canarinha en la tanda de penaltis.

Un fin de semana que nos ha dejado goles tan absurdos como noticiosos –el globo del niño simpático que no volverá a pisar Anfield o el ‘’portería a portería’’ del Esmoriz contra el Rio Ave en la Taça Portuguesa- y golazos, muchos golazos.

Un fin de semana en el que el Barça se dejó los primeros puntos del campeonato y en el que el Madrid se impuso al Valladolid con algún que otro apuro. Un fin de semana que demostró nuevamente que Del Nido no puede hablar tanto, que el Atlético sigue siendo una bacalá (y ahora les llega el Chelsea…) y que el Villareal de Valverde no puede seguir con tanta tontería.

Un fin de semana intenso, previo a una jornada europea. Un fin de semana emotivo para el mundo del periodismo. Un fin de semana sin ‘’porque la vida puede ser maravillosa’’ o ‘’¿dónde están las llaves, Salinas?’’ Un fin de semana… sin Andrés Montes.

Miguel

jueves, 1 de octubre de 2009

Dos versiones de resultadismo

ALeqM5hIR1AIOLF0JwHUA4Yo72lGZa-cxA El Real Madrid sigue especializado en ganar. El resultadismo, auspiciado la temporada pasada por la casta y la garra del equipo, descansa ahora sobre una capacidad goleadora sobrenatural. El Madrid de Juande, que conseguía resultados sin juego a base muchas veces de corazón ha dado paso a un equipo que consigue, sin juego, victorias gracias a su pegada.

Ambas versiones comparten un juego yermo, inconexo e intermitente dotado de una maquinaria eficiente de sacar los partidos adelante. Sin embargo, los atenuantes que edulcoraron el fútbol industrial del conjunto de Juande Ramos no sirven ahora. Aquel equipo carecía de un talento especial, parecía desahuciado en la pelea por la Liga y deambulaba sin rumbo. La tenaz persecución sobre el Barcelona bien merecieron el crédito hasta aquel 2-6.

Ahora las cosas son diferentes. El rasero no puede ser el mismo. Al personal con el que cuenta el Madrid tras los descomunales desembolsos de este verano se le tiene que exigir algo más. A nivel de resultados, el mes de septiembre ha sido perfecto, no obstante, no se distingue un estilo claro en el equipo de Pellegrini. No se adivina una evolución futbolística. El Madrid vive opulentamente hasta ahora del gol que ha comprado. Ronaldo, Benzemá y Kaká te matan antes de que te des cuenta.

Después de siete partidos esto ha quedado claro, no obstante ¿dónde está la mano de Pellegrini? ¿es recomendable rotar antes de haber encontrado un estilo? ¿Dónde está la personalidad de un equipo que ha permitido a dos recién ascendidos hacerse con el balón en el Santiago Bernabéu? El Madrid es una plasmación del talento superlativo de sus jugadores en el que la incidencia del entrenador es aparentemente reducida.

Un conjunto que tiene futbolistas para adueñarse del centro del campo, faceta en la que ha naufragado con diversos jugadores y diferentes sistemas. Alinear un centrocampista más, véase Granero, no ha concedido al equipo la fluidez y continuidad óptima en la medular del terreno. Bien es cierto que con este sistema han llegado los mejores momentos del equipo, no obstante, no ha reflejado solidez en el tiempo. El juego por bandas apenas existe y la capacidad generadora de ocasiones no responde a la elaboración.

Todo esto era lo previsible. Las estrellas se tenían que hacer equipo y esas cosas. Pero no por previsible debe dejar de comentarse. Los resultados llegan y al juego se le sigue esperando. El estado de forma y la calidad de Ronaldo permiten la demora y conceden a Pellegrini una prórroga en su búsqueda de la piedra filosofal. El domingo tiene el primer test te verdad, ante un Sevilla sólido por naturaleza y con una pegada que poco tiene que envidiar a nadie. Del resultadismo de Juande se ha pasado a al resultadismo de Florentino. El gol lo ha comprado él, y es lo único que tiene este Madrid. Cuando Pellegrini haga algo será su Madrid. Hasta entonces no, Manuel.

 
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