Los Spurs descabezados

La peor pesadilla de los aficionados, técnicos y jugadores de los San Antonio Spurs se materializaba esta semana. Manu Ginobili se pierde lo que resta de campaña y los Playoff. El tobillo del argentino decía definitivamente basta en una temporada marcada por sus problemas crónicos en el pie. El mazazo es fulminante, bestial e irreversible para los Spurs. Los texanos no tienen ni tiempo ni capacidad para aprender a vivir sin Ginobili. Manudona es de esos jugadores especiales. Uno de esos que puede cambiar un partido y una eliminatoria. Su capacidad de arrastre y su virtud para conseguir puntos y situaciones favorables saliendo desde el banquillo son dos de sus mayores activos. El año pasado fue prácticamente el único argumento de San Antonio en las eliminatorias. Sin embargo, el poco soporte que tuvo impidió a los Spurs avanzar a las Finales de la NBA. El peso de Ginobili crece en esta fase de la temporada que estamos. Es sin duda un grande, y las situaciones grandes son su hábitat natural. Soy de la corriente de opinión que defiende la importancia primaria del de Bahía Blanca en el éxito de los Spurs en el tercer y cuarto anillo de la dinastía. Más determinante que Duncan y Parker en los momentos calientes del curso. Sin duda. Se trata de un jugador irremplazable. Su carácter marca registrada y su instinto asesino no tienen sustituto en San Antonio. El monstruo tricéfalo está descabezado ahora y las opciones de los Spurs de ganar su quinto título reducidas a la mínima expresión. Durante toda la temporada han estado a la sombra, ahorrando, sin enseñar. Sin embargo, este contratiempo es letal. Bien es cierto que el equipo tiene más profundidad que el año pasado. La necesidad ha dado la oportunidad de crecer a jugadores como el marginal Roger Mason o Matt Bonner. Igualmente se han reforzado en febrero con un jugador interesante como Drew Gooden. No obstante, todo esto es papel mojado sin Ginobili. Su historia reciente y la sempiterna figura de Greg Popovich y Tim Duncan les servirá para infundir miedo y respeto a sus rivales, pero la cancha y el devenir de las eliminatorias deberá retratar la realidad de estos cojos Spurs.