viernes, 15 de mayo de 2009

Jugar bien una final

foto_362871_CAS Poco queda ya por decir de la final que el miércoles protagonizaron Fútbol Club Barcelona y Athletic de Bilbao. El primer título de los blaugranas llegó de una manera insultante. Por la vía autoritaria. Sin concesiones. Solo unos primeros veinte minutos de titubeo, unidos con los mejores momentos del Athletic hicieron soñar a los bilbaínos. A partir de los treinta minutos, y coincidiendo con el golazo de Toure, el Barcelona dio un autentico recital de fútbol asociativo, rigor táctico y calidad en los metros finales.

El equipo de Pep Guardiola fue capaz de hacer algo muy difícil. Jugó bien una final. Y esto no es algo que sea fácil. Son muchos los ejemplos en los que el peso de una final agarrotan los músculos, obnubilan los sentidos y abocan a un conjunto a reducir dramáticamente sus prestaciones. El carácter demostrado por el Barcelona, con un ambiente desfavorable y ante un inicio a contrapié fue superlativo.

En ningún momento el Barça abandonó su plan de juego. Sabedores de su superioridad en todas las líneas y dirigidos por un inconmensurable Xavi, el Barcelona se fue haciendo dueño y señor del partido. No se notó la falta de Iniesta, ni se echó de menos a Henry o Márquez. Los automatismos funcionaron, y los jugadores que tenían que aparecer no fallaron.

Messi desequilibró el partido, Bojan respondió ante el partido más importante de su jóven carrera y la defensa se ajustó a la perfección tras un inicio dubitativo. La ventaja en el centro del campo se tradujo en una posesión eficiente tremenda. Busquets y Keita asistieron a Xavi en la construcción de manera perfecta. Nadie fallo.

El Athletic no tuvo respuestas pese a empezar el partido de la manera que ni el más optimista del lugar vaticinaba. Caparrós estuvo lento de reacción y el torbellino blaugrana le aplastó.

Por encima del título, me queda el grato sabor de cara a la final de Roma que el Barça va a llevar su estilo hasta las últimas consecuencias. El preciosismo futbolístico de los catalanes no entiende de la presión de una final. Su credo del balompié se basa en la convicción sobre el trabajo bien hecho, la calidad de sus elementos y la sed de grandeza imprimida por Pep Guardiola.

3 comentarios:

sergio dijo...

y ahora k pase la banda de Cristiano...jujuju

Trot dijo...

Buena cronica

Sé Deportivo dijo...

Bueno Sergio, eso será un tema diferente y muy complicado. Aunque bueno, estaís lanzados.

Muchas gracias Trot.

Un saludo

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